ME PROVOCAS

Mi empuñadura , fundida en tus llamas batientes, perdida en los finales
de tus vicios abiertos, santifica la gloria de tus quejidos.
Tu eres de una raza exótica diferente, reverencio tu grandeza,
de hinojos comulgo en tus labios verticales y provoco torrentes desordenados
imposibles de diluir en mi lengua suave y constante.

Me provocas hambre de piel cuando te miro, ganas de morder tus hombros,
susurrar salivas improvisadas alrededor de tu cuello, escalar sin cansancio
las pirámides idénticas de tus senos.

Me provocas sed cuando pienso en tu boca, tu boca adaptable,
sin limites trazados a lo largo de mi sexo, incansable en su andar húmedo
sobre su esplendor de fuego. Te dejo improvisar en sus andanzas erectas
mientras deliro convulsiones y ofrezco mi advenimiento, mis hielos derretidos
en los cálidos laberintos de tu garganta profunda donde desvisto la gloria
y desarmo mil palabras sin sentido.

Me provocas impulso cuando pienso en tus ancas alazanas,
en el ojo ciego que las une y las separa para bien de los roces certeros,
apretados contactos, lenguaje de infierno y cielo. Te quiero toda, que seas un pentagrama
alborotando mi lecho, una luz en mis caderas sudando sombras mágicas,
un reflejo de diabla con garras rompiendo los espejos.

Me provocas ser un cazador, cuando adentro mi fusil cargado
en el centro de tu jungla caprichosa donde el rocío es fuego,
fuego que lo derrite, exprime y reduce, hace que tiemble desterrando
los demonios blancos que llevo dentro.