9/3/09

PRIMERA SANGRE


Descansa tu guerra en el mismo sofá donde deshoje las rosas en un rito de pieles, que danzaban despavoridas mientras más hondo se anclaba mi deseo. Arquitectos fuimos esa noche sin fronteras, diseñamos placeres, palabras cortas al final de un impulso involuntario. Vacié la copa sobre tu vientre, y mis labios bebieron el rastro que descendía como un arroyuelo evaporándose poco a poco en las parcelas ardientes que se expanden a centímetros de tu ombligo. Era vivir, morir, existir sin neuronas ni brazos, sin huesos y sin ojos. Flotamos por la habitación como corchos bendecidos en la desesperación de llegar sobre la ola más grande a la orilla ansiada de los orgasmos indefinidos. Y allí devolver el alma a su sitio, dejar de ser ciegos, vernos un instante, recuperar los brazos y los huesos que habíamos perdido. Descansa tu guerra, pesando dulcemente a los almohadones que elevaron tus caderas para que yo justificara tu grito, Yo velaré el robo fugaz de tu primera sangre, contaré los pétalos rojos mientras sueñas feliz mil quejidos.

3 comentarios:

ana dijo...

Diosssssss. Me encantó.
Es que no puedo decir otras cosas.
Me dejas sin palabras.
Un beso.

Leobet Garcia dijo...

Gracias Ana,Besos para ti.

MORGANA dijo...

UFFFFFFFFFFFFFF...NO PUEDO DECIR MAS...INCREIBLE
BESOOOOOOOOOOOO.
Mª JOSE.

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