18/2/09

MONUMENTOS GEMELOS


Como dos ojos gigantes se empinan en tu pecho: tus senos, lujuria insospechada, locuras salientes donde nacen los manantiales que prolongan la vida. Me ofreces beber desde tus manos un deseo hirviente que huye de tu cuerpo poseído por demonios y diablillas desnudas. Tomo, la savia divina, me escapo a la demencia entre las lunas llenas que desesperan mi lengua debajo de tus codos. Tus senos: caprichos a dos tiempos, roces divinos para mi sexo, espacio señalado para la gloria y los despojos.

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