SEÑALES

Hoy rebusco milagros que nunca han existido,
señales de arboledas cantando bajo la lluvia,
la humedad bendecida de tus labios en mis labios secos
cuando el verano se tendía sobre los girasoles
de los medio días.

Hoy me escapo a una de las tantas distancias del recuerdo,
me confundo con la luna que ilumina tus costados
y una nube se junta con la tarde, bienvenida en mi añoranza
de moldear tu silueta entre las sombras.

He guardado luto de roces en tu ausencia y los días míseros
anidan en mi puerta eternas cantatas fúnebres.

¿Cuál es el grito que te llega desde mi brisa sin fronteras?
¿Quién ha marcado mi frente de arabescos grises?
¿Por qué no olvido tu desnudez cuando en trances desesperados,
me aumento delante del espejo y engranajes desconocidos,
levantan un puente de deseo entre mis piernas y la soledad?

Mano a mano voy con el silencio desordenando gestos,
llamando fantasmas por tu nombre, inventando espacios
donde existas tú.

Tú y tus antojos de ser todas las flores que eran también mis antojos.

Ciertamente, hay virtudes tatuadas en la palma de la mano,
rastros congruentes de piel perfumada, calores que jamás desaparecen.
Son señales necesarias, recompensas guardadas que alcanzan
su punto más alto en las circunferencias de los ojos.

Allí, donde guardo tus pasiones, en mis lagos sombríos,
cada vez más adentro…
Más adentro.