EN 4 PUNTOS

Préstame tu cabellera rebelde,
Deseo ser un pirata abordando
La mitad de tu cuerpo que no tiene ojos,
Y me regala tu cuello danzante
Que gira y me mira,
Que implora pero pide.

De hinojos, dentro de ti,
Apoyando mi vientre en tus ancas,
Impulso mis caderas con rabia,
Mientras tus senos cuelgan la locura
Al vacío de las sábanas.

¿Quién eres?
Te desconozco en el susurro
Que llega prolongando un quejido.
Lanzas tu mano atrapas la parte estrecha de mi espalda,
Me hundes tus ojos se cierran,
Mientras me esperas y ensayas un grito.

¡Bien!... ¡Bien!...., te escucho decir,
Recorres mi distancia, los codos ocultan tu cara
De manzana madura, varados infinitamente
Sobre el colchón que casi besa las losas del piso.

¡Bien!... ¡Bien!...., te siento venir,
Como una ofrenda aferrada a la espuma,
Te escapas a las orillas de los naufragios,
Traes los restos de las tablas contigo,
Propones un lugar donde reposo el cansancio,
Donde pronto, vuelvo a recobrar mi brillo.