20/2/09

POR TU FUEGO




Vengo a mendigar tu fuego, ese que levantas al espacio derretido donde se tuercen los truenos y un salto aparece abrumando las raíces de la soledad. Es el momento del goce pleno, sin medidas a medias, sin caminos truncados ni arabescos de nostalgias colgados en los hombros desnudos. Deja las llamas sobre la balanza de tus senos, así mi lengua desconocerá la rabia del frío y una caravana de labios húmedos, mezclará demencias en sus simas siamesas.
A la orden de tu voz, acudiré rendido profetizando cenizas, sin guardar un segundo de las ganas de pecar, convertido en serpiente, promoviendo en orgasmos la expulsión precoz del paraíso. Saldremos juntos, fusionados piel con piel, boca con boca, sexo con sexo, dejando estelas encendidas en nuestra huída envidiada por los ángeles erectos y sus espadas envainadas.
Vengo a mendigar tu fuego, viértelo sobre mi, despeja la duda de los Dioses sobre morir y resucitar sin la intervención sagrada del espíritu santo:
Solo dentro de ti, en tu templo de manzana abierta y humeante, allí, donde desbordo mi esperma y en un grito muero, allí, donde tu abrazo complacido me resucita y vivo.

2 comentarios:

Mina dijo...

Siempre vengo a mendigar tu fuego... unas gotas del encanto de tus palabras, el elixir del sabor de tus letras, las sensaciones apasionadas que nos regalas.
Besos Leo querido acompañados del cariño de siempre,

Leobet Garcia dijo...

Tu no tienes que mendigar fuego querida poetisa...TU ERES FUEGO.

BESOS.

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